La oposición
Hemos visto lo que pasa en los dos casos más simples:Cuando el rey no ayuda a su peón.
Cuando con su ayuda impide que el rey rival se situé delante del peón.
Pero la situación más interesante del final de rey y peón contra rey, se plantea cuando el rey solitario logra situarse, en algún momento, camino del peón. En ese caso, todo depende de la posición relativa de los reyes.
La primera posición importante y que es necesario memorizar, se produce cuando el peón ha llegado a la sexta fila, y sólo tiene que dar dos pasos más, para llegar a la casilla de coronación. A pesar d e l a proximidad de la última fila, tendremos que observar varios diagramas para descubrir todos los detalles importantes de esa situación.
En la posición del diagrama, el peón puede dar los dos últimos pasos casi automáticamente.
1. f7!
Aquí e l peón avanza y el rey negro se tiene que apartar, permitiendo al blanco apoyar el último paso de su peón.
1. .. Re7 2.Rg7 ! 1 -0
Sin embargo el resultado cambia radicalmente si en el diagrama 1 .4 les toca jugar a las negras. El motivo es que el peón no logra coronar si en el momento de avanzar a séptima los reyes están enfrente el uno del otro. Se dice entonces que los reyes están en oposición, como sucede después de la primera jugada de las negras:
1 ..Rg8 !
Ahora los reyes están en oposición y esa posición relativa es ventajosa, casi siempre, para el que la toma y desventajosa para el que debe jugar.
Como hemos dicho antes, la oposición ha alcanzado un prestigio desmesurado y no en todas las posiciones es de utilidad. Para aprovecharla correctamente, y no dejarnos engañar por ella, sencillamente debemos observar para qué sirve en cada caso.
En el final de rey y peón contra rey, la oposición de los reyes es decisiva con el peón en sexta.
Esta es la primera imagen importante que debemos grabar.
2.f7+
El peón avanza y ahora no logra coronar, pero contra una defensa correcta, otras jugadas tampoco ganan. Por ejemplo: 2 .Rg5, Rf7! (también es buena Rf8). La oscilación del rey entre las dos casillas delante del peón es un método seguro de defensa, que no puede ser roto. Si no lo ha hecho nunca antes, merece la pena observar y analizar por si mismo esta sencilla secuencia 3 . Rf5 Rf8! siempre que sea posible, mantenerse enfrente del peón es lo más sencillo. 4.Rf4 Rf7! 5 .Rf5 Rf8 6.Re6 Si se ha esperado siempre delante del peón, justo ahora, cuando el rey no puede mantenerse en esa columna, se está a tiempo de tomar la oposición. 6 . . . Re8! 7 .f7+ Rf8 8 .Rf6 Ahogado, como en la variante principal.
2 .. Rf8!
Ahora es diferente al diagrama 1 .4; el rey blanco tiene que jugar, y para no perder el peón se ve forzado a ahogar al rey blanco.
3.Rf6 Ahogado y tablas.
Reflexionemos sobre este final: hemos visto que si el rey solitario toma la oposición con el peón en la sexta fila, el peón no puede coronar. Si observamos con más atención, también vemos que ha sido el propio peón en sexta el que dificultaba las maniobras de su rey. Por lo tanto podemos sacar las siguientes conclusiones:
- El bando fuerte no debe precipitarse en avanzar el peón.
- Sólo debe avanzarlo a sexta en una de estas dos situaciones:
a) cuando su camino a la coronación esté despejado, o
b) cuando con ello logre la oposición de los reyes, (pero esto normalmente, sólo puede conseguirse si el rey ha avanzado a sexta antes que el peón).
Dedicaremos otros dos diagramas a consolidar algunas ideas relacionadas con la oposición en sexta, y en los próximos finales estudiaremos la forma de maniobrar con el peón más atrás de la sexta fila.
Aunque los reyes ocupen otras posiciones iniciales, con el peón en la sexta fila, sus maniobras vienen guiadas por la oposición, como veremos en el análisis de este diagrama y el siguiente.
1.Ra6!
Tomando la oposición. Pero no l .Rb6?? Rb8 ! y es el rey negro el que toma la oposición.
1. .. Rb8 2.Rb6! Rc8
2 . . . Ra8 puede ser un intento ingenioso de provocar el error, aprovechando la banda del tablero, pero no sirve de nada ante un juego cuidadoso. 3. Rc7 ! (el error estaría en 3. c7??ahogado) 3..Ra7 4 Rd7 y el peón corona.
3.c7 Rd7 4.Rb7 Y el peón corona.
La oposición se puede romper
La situación del diagrama es una de las que provoca más errores en el final de rey y peón contra rey. Esto es debido a que la situación de oposición es provisional, al no poder mantenerla el rey negro, debido al control de la casilla f7 por parte del peón blanco. Como ya hemos repetido varias veces, para el rey solitario las mejores casillas son delante del peón. Si no está en ellas, tal vez no pueda alcanzarlas en buenas condiciones. Como sucede en este ejemplo, que también es importante para descubrir que la oposición no siempre sirve de algo. Las negras pierden tanto si les toca mover como si no. Si mueven porque el rey blanco inmediatamente toma la oposición en la sexta fila y si mueven las blancas.
1 .Rf5!
Con esta jugada se pone al rey negro en un aprieto porque vaya donde vaya perderá la oposición.
Sacamos de aquí la importante conclusión de que:
La oposición ya conseguida, se puede perder, si alguna de las casillas necesarias para mantenerla es inaccesible.
1 . .. Rg8 [1 . .Rf8 2. Rf6] 2.Rg6! Rf8 3.Rf6 Y el rey blanco ha logrado la importante oposición en sexta y gana.
3 ... Re8 4.e7 Rd7 5.Rf7 1-0
Peón de Caballo
Veamos el diagrama: El rey blanco debe mover y no puede tomar la oposición, mientras que si se coloca delante del peón sabemos que se verá obligado a dejar su posición de bloqueo en la próxima jugada. Con un peón central esta posición sería perdedora, pero con el peón dé caballo, aprovechando una circunstancia especial, puede salvarse.
l .Rh l !
Esta es la jugada correcta. Esta situación relativa de los reyes que se denomina oposición diagonal no suele servir de mucho, pero en esta ocasión funciona.
1 . . Rf2
Esta sería la jugada que aseguraría la coronación del peón si este no fuera de caballo. Pero ahora el rey blanco esta ahogado y la posiciones tablas. Contra otras jugadas el peón negro tampoco logra coronar porque el rey blanco recupera la posición de bloqueo inexpugnable delante del peón 1. Rg4 2 .Rg2 ! =.
FUENTE: Los 100 finales que hay que saber. Jesús de la Villa Garcia
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